El último programa de “Conversemos sobre educación”emitido el viernes 9 de septiembre, tuvo como invitado a Roberto Reinoso, jefe de carrera de pedagogía en matemáticas de la Universidad San Sebastián, donde explicó de donde nace el rechazo que ciertos estudiantes le tienen al mundo de los números.
“Existe esta cosa del fantasma de las matemáticas”, puntualizó el profesor, añadiendo que la hay gente que sufre con los contenidos. Aun en circunstancias donde, en su experiencia personal, un buen profesor y apasionado del área cuantitativa de la ciencia, puede ser un real constructor de sonrisas.
El experto comenta, “cuando hay un profesor motivado, capaz de vincular el conocimiento matemático con la realidad de los estudiantes, sin lugar a dudas a éstos se les abre un mundo”. Y no solo un mundo de conocimiento, sino uno desde el punto de vista del pensamiento y la reflexión. “La educación de la matemática va mas allá de una formula”.
Empleando las matemáticas en la educación de calidad, Reinoso plantea que su idea está en los resultados de aprendizaje en los estudiantes. Más allá de una acumulación de contenido, con la capacidad que se entrega para que los estudiantes sean reflexivos, con capacidad de indagación e incluso sean curiosos.
Muchas veces en la educación, el matemático señala que los establecimientos plantean como perfil de estudiantes, un joven integral y curioso que cuestiona. Sin embargo, cuando éste empieza a preguntar el porqué al profesor, los distintos caminos para resolver una ecuación o porque solo funciona de una forma, ya le deja de ser agradable al docente. Porque cambia el esquema de la clase que tenía preparada.
Desconectado con la pedagogía:
Hay cierto punto en la formación académica del estudiante donde el niño pierde el cariño hacia los números.
Y esa desconexión surge cuando instalamos como centro de aprendizaje de la matemática el contenido. En planos generales ocurre en sexto o séptimo básico, “cuando surgen los números enteros. Reglas que un alumno se aprende para dejar al profesor contento”.
El profesor de la Universidad San Sebastián dice que él a sus aprendices les plantea lo siguiente: ”¿Alguien recuerda la ecuación de segundo grado?. Todos lo hacen. La pregunta es, ¿alguien la ha ocupado en su vida diaria? No. Porque hemos instalado la lógica de ir desde el contenido a la aplicación”, cuando la matemática históricamente ha sido utilizada de la forma contraria para poder comprender el entorno del hombre en aquella época.
También hay quienes aman los números y ecuaciones pero enfrentan otras paredes.
“Desde mi experiencia, el número de alumnos que ingresan a esta carrera, es menor con respecto a otras áreas pedagógicas”. Frente a esa situación, el experto baraja dos posibilidades: La primera,” experiencias académicas previas con las matemáticas hace que varios desistan”. La segunda, con un enfoque más económico, plantea que los estudiantes amantes de las matemáticas que obtienes puntajes altos en la prueba PSU, optan por carreras con mayores expectativas económicas, como ocurre en ingeniería.
Finalmente, Reinoso plantea que el desafío actual que enfrentan los docentes de esta rama de la ciencia, especialmente en un sistema municipalizado subvencionado es alto y complejo.
Ya que no solo se debe lidiar con una escasez de recurso, sino también con la expectativa de los propios estudiantes respecto a su aprendizaje. “Muchas veces la historia le ha dicho al estudiante que no es capaz de aprender algunas cosas”. Y revertir esa auto visión que tienen es complejo.
Decirle a un estudiante que ha tenido malos resultados a través de su carrera escolar en las matemáticas, que puede aprender y convencerlo de eso es difícil, dice el experto. Y es ahí donde los profesores deben trabajar para empujar a sus alumnos a un crecimiento no solo como profesionales, sino como personas.