La innovación: Herramienta fundamental en la educación

Rogelio Pincheira Jiménez, Ingeniero en Gestión Industrial y experto en innovación que posee diversos títulos que acreditan su experticia en el campo de la educación, fue el invitado el viernes 16 de septiembre al programa radial “Conversando sobre educación”, donde entregó una pincelada de lo que representa el uso de las tecnologías en las salas de clase del nuevo mundo.

El experto no vaciló en opinar que la calidad en la educación es una de las materias pendientes a nivel país, argumentando que de hecho Chile está bien posicionado con respecto a los modelos de otros países de Latinoamérica, “pero aun así de forma mediocre”.

En un escenario como tal, la innovación en la educación es fundamental, sobre todo en la actualidad. “Estamos viviendo en un contexto diferente a como era hace 20 años”, argumenta Pincheira. Sin embargo, la estructura de nuestros colegios y la forma de hacer las clases no ha cambiado. Si bien la incorporación de la tecnología en las salas de clases urbanas ya rodea el 90 o incluso 100%, los profesores no han logrado conectar con esta revolución de pantallas. “Tenemos un contexto diferente pero el modelo sigue siendo el mismo de hace 80 o 100 años atrás”.

Lo que antes fueron pizarras y tizas, hoy han sido reemplazadas por pantallas y proyectores. Pero no es mayor el avance o aporte que la innovación se ha permitido en los salones. “No se ha apoyado todo el proceso de enseñanza en la utilización de todos los recursos tecnológicos”, indicó el invitado, respecto al paradigma que sujeta a los profesores de que estos nuevos instrumentos solo sirven para apoyar presentaciones powerpoint.

Las conocidas “cajitas malditas”, es decir los celulares o la misma televisión, catalogados comúnmente como distractores y ladrones de atención, “son en realidad instrumentos con un potencial increíble”, comenta Rogelio.  Pero al no saber aprovecharlos adecuadamente, por no saber aplicar tecnologías y metodologías que permitan que esa herramienta sea de aprendizaje, se convierten en elementos distractores de los alumnos dentro de un contexto de educación tradicional.

“Esto no es necesariamente responsabilidad del docente, ya que puede venir de su formación inicial”, agrega. En algunas facultades de educación se ha hecho un esfuerzo enorme en poder actualizar los curriculum, incorporando justamente la dimensión tecnológica en la formación de profesores. Pero como persiste el antiguo modelo positivista tradicional, el profesor aprende de una manera, la cual paradójicamente la lleva después con sus alumnos. Es decir, un modelo donde la tecnología pasa a segundo plano.

Los niños de la nueva generación, los antiguamente llamados nativos digitales, ahora aprendices digitales, necesitan el uso de la tecnología en su aprendizaje, asegura el ingeniero. Sin embargo, paradójicamente, están tan acostumbrados a utilizar este modelo tradicional que al verse en una clase innovadora se descolocan.

Por último, Rogelio concluyó que no solamente el colegio forma parte de este proceso de transición educativa, sino que la familia del alumno es fundamental, ya que en ciertos hogares, el estilo de vida que los niños hace que se sientan solos en sus hogares. El uso de las tecnologías es usado para distraerse, y en lugar de generar nexos con los educadores, generan barreras.  “Por eso, apóyenlos pero no solamente en que hagan sus tareas sino que en conocerlos”, agrega, en buscar ese vinculo y darles tiempo de calidad.