La pandemia por COVID-19 ha afectado los cimientos de la educación de nuestro país y los colegios fueron cerrados a causa del confinamiento decretado, teniendo que adoptar soluciones de emergencia ya que la gran mayoría no estaban preparados para transitar a modelos de docencia online, mediados por equipos tecnológicos y otros dispositivos como medios de comunicación e intercambio de información entre profesores, estudiantes, padres y apoderados.
En este contexto, los profesores debieron asumir retos para que su gestión pedagógica pudiese responder a las exigencia del proceso enseñanza-aprendizaje a distancia y en poco tiempo adaptarse a esta nueva forma de realizar su labor profesional a través de capacitaciones en el uso de herramientas tecnológicas educacionales y de redes sociales, efectuando en paralelo la elaboración de material didáctico para enviar a los estudiantes por medio de página web, correo electrónico, WhatsApp u otros medios; haciendo uso de computadores personales con internet inestable, deficiente cámara y/o micrófono, como también atendiendo a múltiples problemáticas planteadas por los padres y apoderados, principalmente por dificultades de conexión, comunicación, situaciones ansiedad y estrés manifestadas en los estudiantes.
Esto significó que los colegios tuvieran que implementar planes estratégicos de gestión pedagógica y socioemocional, sobre la base de la priorización curricular y orientaciones establecidas por el MINEDUC que permitieran desarrollar el proceso educativo lo más integral y efectivo posible, según cada realidad de recursos tecnológicos y didácticos disponibles para mejorar la educación online que se estaba realizando.
Lo anterior plantea nuevos retos para los docentes, traducidos en una mayor responsabilidad y exigencias que deben asumir con espíritu de resiliencia, con visión holística e integradora; esto se tradujo en un incremento significativo del tiempo para preparar las clases, asegurar las conexiones sincrónicas y asincrónicas, el seguimiento y reforzamiento a los estudiantes; así como también, generar espacios de estímulo para el aprendizaje y una comunicación relacional acogedora que motive a los estudiantes a aprender como una experiencia educacional positiva. Además, efectuar un trabajo coordinado con los padres y realizar las labores administrativas de planificación, preparación de las clases, reuniones de coordinación pedagógica, entre otras.
Otro reto para los colegios y profesores será el regreso a clases presenciales discontinuas o intermitentes hasta la normalidad de las clases y que no serán igual que antes, ya que se deberá actuar considerando los cambios que emergieron con la pandemia y las experiencias exitosas de aprendizaje en todos los ámbitos vivenciadas, con la finalidad de generar un tránsito fluido a la nueva estructura organizacional y desafíos educacionales de la sociedad.
Roberto Mora Mella
Rector Colegio Concepción San Pedro