Modelo de Desarrollo Moral

La Corporación Educacional Masónica de Concepción tiene “por objeto realizar labores educacionales y culturales en todos sus niveles, pudiendo para ello crear y mantener establecimientos de educación, cursos y actividades que contribuyan a la formación científica, intelectual, moral y física de todo el ciclo vital del hombre” (Estatutos, COEMCO).

Como organización señalamos que uno de nuestros propósitos fundamentales es proporcionar a las familias y, en particular a sus hijos, una alternativa de educación laica, de excelente calidad y sustentada en los Principios y Postulados de la Orden Masónica.

La definición de nuestro Modelo Educativo considera elementos estratégicos de la Organización, contenidos en su Misión, Visión y en los Valores universales que en ella se comparten, tales como la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad.

Promovemos una concepción educacional sustentada en el Humanismo y el Laicismo, que permite a nuestros estudiantes construir su propia identidad, a través de un accionar comprometido con principios y valores de carácter universal. Así, con gran satisfacción y orgullo, el Directorio de la Corporación Educacional Masónica de Concepción buscando siempre la excelencia en sus procesos formativos y educativos, sustentados en la filosofía de la Mejora Continua, entrega a la comunidad educativa institucional el texto “Un Modelo de Desarrollo Moral para la Formación de Estudiantes”.

Para la Organización el propósito principal de contar con un documento como éste es disponer de un arquetipo, estructura o guía formal que facilite el trabajo formativo de los profesores como resultado de su aplicación, permitiendo guiar y fortalecer el progreso y desarrollo moral de los estudiantes como persona. Además de facilitar y generar aprendizajes significativos como un proceso transformador en los que aprenden, para que logren una actualizada cosmovisión y que, en su realidad familiar y social, sean los constructores de sus respectivos proyectos de vida.

Considerando el contexto en el que se ha desarrollado la Organización, “la Corporación es depositaria de los valores y principios de la Francmasonería que, como institución eminentemente docente, tiene por objeto el perfeccionamiento del hombre y de la humanidad”.

Desde una perspectiva funcional, la Corporación entiende el entorno social: “como un conjunto de relaciones y variables complejas que se vinculan considerando, desde las características que cada persona puede aportar, hasta las decisiones culturales, políticas, sociales y económicas que toman las instituciones gobernantes. Si a esto unimos las tendencias pluralistas y secularizadoras, que hoy más que nunca posee la educación, la sociedad se constituye en una red de interrelaciones que oscilan entre lo privado y lo público. Sobre esta base, podríamos argüir que no existe un orden unívoco para  comprender el funcionamiento de la sociedad”.

De acuerdo a lo expresado anteriormente, es importante que estos aspectos confluyan en la búsqueda de un proceso educativo que sea capaz de generar las condiciones necesarias para el desarrollo integral de los sujetos que componen la sociedad y, en particular, de los estudiantes que se forman en los  colegios corporativos

Qué duda cabe, que en los tiempos que se viven, la educación en valores se perfila como la piedra angular en pos de la igualdad y la equidad, como mejora de la sociedad y la civilidad adscrita a ella. Así como también de la formación de los ciudadanos que definirán los destinos de los contextos locales y globales.

Al referirnos a este aspecto de la educación, no sólo se hace desde la perspectiva de los procesos formativos que se llevan a cabo en los establecimientos educacionales, sino que también desde una experiencia que impregna o abarca al sujeto en su entorno social y cívico.