El presidente de la Corporación, Maximiliano Díaz Soto, asistió a inauguración del año académico del Colegio La Fontaine, el pasado 17 de marzo, ceremonia en la cual el Presidente de la Corte Suprema, ministro Hugo Dolmestch, instó a los alumnos a asumir un rol relevante «para construir una sociedad más justa, solidaria e inclusiva».
La máxima autoridad del Poder Judicial participó en la actividad que contó con la asistencia de miembros de la Gran Logia de Chile, directivos y docentes del establecimiento educacional; padres, apoderados y alumnos. Ocasión en la que planteó que: «Reflexionando sobre la educación en Chile, he llegado a la profunda convicción de que en el proceso de enseñanza y aprendizaje –y cualquiera sea el tipo de escuela, laica o religiosa– resulta fundamental que se incorpore la idea de educar en valores, de forma tal que la evolución y desarrollo moral de las personas favorezca un formación integral y equilibrada. Junto con educar con un fuerte y decidido enfoque valórico, también es necesario desde los primeros años, recibir una formación ciudadana que permita una integración plena en la sociedad».
«Soy un convencido de que los estudiantes deben recibir la orientación y formación para ejercer en forma adecuada y activa sus derechos, pero también sus deberes como ciudadanos, con un pensamiento reflexivo y crítico, que los haga responsables, respetuosos y comprometidos con el desarrollo y el bien común», afirmó.
Asimismo, el ministro Dolmestch instó a los jóvenes alumnos a ser un aporte para la sociedad: «Cada uno de ustedes, tarde o temprano, tendrá un rol importante en la sociedad, cualquier sea el ámbito, profesión u oficio. Solo bajo el prisma de que todos somos importantes se hace tangible el ser buen ciudadano», les dijo.
El ministro aprovechó su intervención ante la comunidad escolar para explicar en un lenguaje sencillo, cómo funciona el sistema de justicia chileno, aclarando –entre otros– casos tan publicitados como el de la colusión de las farmacias. «Hay muchas conductas no es tan tipificados y si no hay ley, no hay delitos ni penas», dijo.